sábado, 5 de septiembre de 2009

La importancia del "cole"

La importancia del colegio, donde se imparten las enseñanzas primaria y secundaria, es vital.
De un buen colegio, público, privado, de frailes, seglar, como sea, se sale con una muy provechosa instrucción. Siempre y cuando uno aprenda lo que le enseñen, como es natural.
Un buen bachillerato es casi una licenciatura en cultura general ¡Lástima que la enseñanza esté ahora tan mal en todas partes! Antes era otra cosa.
En la Universidad no te enseñan a expresarte bien, a tener una buena sintáxis, a no cometer errores ortográficos. No es de su incumbencia.
En las facultades se enseñan materias específicas: Historia, Derecho, Ingeniería, Veterinaria…
Los catedráticos y los ayudantes de cátedra no tienen tiempo ni ganas de analizar la sintáxis ni la ortografía de las pruebas escritas de los alumnos. Van al fondo de la cuestión. Es lo suyo.
Podrán llamar la atención a un alumno que cometa regularmente gruesos errores de diccción, o que no sepa redactar, pero no van a crear un plan, o un curso especial para repetir materias que ya se dieron en la secundaria.
Por eso muchos universitarios, muchas personas con título, con enseñanza terciaria cursada y aprobada, hablan mal o escriben con faltas de ortografía. Tuvieron mal “cole”. No les enseñaron bien, o ellos no aprendieron. Luego se informaron, leyendo los diarios. Son gente informada, eso sí.
La enseñanza en Argentina, reconozcámoslo, mal que nos pese, no es buena, ni lo ha sido en los últimos veinticinco o treinta años. De ahí que muchos… intelectuales –como ellos gustan llamarse-, que pasaron por una o varias facultades, no sepan conjugar bien algunos verbos y no hablen con la debida corrección, ni escriban como Dios manda.
Son capaces de disertar en el café durante media hora sobre la filosofía de Kant, o de hablar maravillas sobre William Faulkner -que tanta influencia ha ejercido siempre sobre los escritores latinoamericanos- pero, por caso, no hablan ninguna lengua extranjera, ni siquiera inglés: el idioma comodín, el idioma del mundo hoy en día. No es culpa de ellos. Lo repetimos: tuvieron mal “cole”.
Muchos suplieron las deficiencias de la enseñanza secundaria estudiando por su cuenta, o leyendo, pero los que escriben, en sus novelas, ensayos o artículos incluyen casi siempre uno, o varios errores sintácticos y ortográficos, tal vez no muy importantes, pero errores al fin. Se le escaparon al corrector, otro que bien baila.
Un buen colegio es una base tan sólida como para sentirse firme sobre ella y proyectarse con soltura y seguridad a la vida…a continuar aprendiendo.


© José Luis Alvarez Fermosel

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